Buenos días!
Hoy os traigo el comienzo de las aventuras del Equipo de Eliminación Lorenzo en la campaña que estamos jugando en GTS Norte, en Madrid.
Ayer pude jugar mi primera partida y bueno, aquí he querido narraros a mi manera qué sucedió.
Sí me gustaría destacar que todo lo que se cuenta, de forma dramatizada, ocurrió en la partida, desde los asaltos, a las explosiones y las bajas.
Sin más os dejo con una mínima ambientación inicial y luego el relato de lo ocurrido.
La galaxia está asistiendo a su momento más oscuro. La mitad del
Imperio del Hombre está privado de la Luz del Emperador, lo que se
ha llamado el Imperio Nihilus, pero el Sargento Lorenzo lo conoce
bien, sabe qué es estar lejos de la Luz del Astronomicon, y cómo es
enfrentarse a los peores enemigos en esas circunstancias. Así
sucedió en Baal, y así vuelve a repetirse.
El sector Calixis se
encuentra casi engullido por la Cicatrix Maledictum, muy cercano al
Ojo del Terror y con la mayoría de sus mundos combatiendo a la
locura del caos o bien a diversos xenos que aprovechan la situación
para sacar tajada.
Es en el sector Calixis
donde el Señor de la Vigilia Vilnus de Fortaleza Haltmoat ha enviado
a uno de sus mejores Equipos de Eliminación, y es que a pesar de que el Imperio y los Guardianes
de la Muerte están acosados por todos los costados es en estos
tiempos cuando se forjan los héroes y las leyendas...
El Equipo de Eliminación
Lorenzo se encuentra en Sigurd IV, mundo minero del sector Calixis.
Este punto es el foco de emisor de una potente y extraña señal
recibida en la Fortaleza Haltmoat, y después de realizar todo tipo
de escáneres la única conclusión viable es que sea lo que sea, no
es humana.
Ante esta situación el
Crucero de Ataque Perdición alcanzó el sector con cierta rapidez a
pesar de tener que viajar a ciegas por la disformidad, y una vez
sobre Sigurd IV el Equipo de Eliminación fue desplegado en Corvus
Blackstar cerca de lo que parecía que algún momento fue la capital
del planeta y es que todo, tanto ciudades como yermos, estaba
desierto y destruído.
El Sargento Lorenzo dividió
a sus hombres, planeando una entrada en las ruinas de la ciudad en
dos grupos, uno por el sur y otro por el este, dando órdenes
precisas para ser informado en caso de cualquier anomalía; él mismo
iría con el contingente que entraría por el sur.
El aire de la zona estaba
viciado, se percibía incluso a través de los yelmos de las servoarmaduras, como si en vez de encontrarse a campo abierto estuvieran
adentrándose en alguna oscura galería. Ese olor, es el olor de la
muerte, pero los Marines Espaciales no conocen el miedo.
Cuando estaban llegando a
la colmena el Hermano Mologhai rápidamente vio señales de lo que
parecían ser huellas de Adeptus Mechanicus.
- Esos esclavos de las
máquinas son inconfundibles sin duda- rugió Mologhai por el
vocoemisor.
- ¿Qué se supone que está
haciendo el Mechanicus aquí?- preguntó el Hermano Gideon extrañado -Se suponía que no había más fuerzas imperiales en la zona-.
- Por el Emperador que me
gustaría saberlo hermano, pero creo esa señal xeno que recibimos
en Haltmoat tiene mucho que ver, en este mundo hay algo, algo que
todos queremos por un motivo u otro,- respondió el Sargento Lorenzo
mientras avanzaba entre las ruinas de la ciudad colmena.
En ese instante un disparo
certero cruzó la escena impactando en la hombrera de Taddeus.
- ¡Alto el fuego, por el
Emperador!- vociferó rápidamente Lorenzo.
No hubo respuesta, solo más
y más disparos.
- A cubierto maldita sea- se
apresuró a gritar Lorenzo mientras ayudaba al Hermano Taddeus que
había quedado en el suelo, aunque sin heridas.
- ¿Es el Mechanicus? ¿Nos
atacan?- preguntó el Hermano Asterion.
- Somos Astartes, los
elegidos del Emperador, no vamos a suplicar nuevamente que cesen el
ataque, táctica Purgatus- ordenó el sargento.
En ese momento, sin decir
palabra Mologhai comenzó a avanzar decidido entre las coberturas en
busca del líder enemigo.
El fuego de plasma era cada
vez más pesado y tanto el Sargento Lorenzo como los Hermanos
Asterion y Taddeus se esforzaban por avanzar entre las ruinas
buscando posiciones de asalto para dar la Paz del Emperador a
aquellos que osaban oponerse a los designios de los Guardianes de la
Muerte.
Entre los disparos de
plasma se escuchó una terrible explosión, seguido de un agónico
grito a través del vocoemisor, Mologhai estaba herido.
- Terreno minado, estas
máquinas no conocen el honor eso es seguro.- decía Asterion
mientras levantaba su pesado Martillo Trueno.
- El honor solo pertenece a
los humanos, no lo olvides hermano,- respondió Taddeus.
- Creo que Agruxx y sus
Manos de Hierro no estarían muy de acuerdo.- prácticamente se podía
ver una amarga mueca en tras el yelmo de Lorenzo conforme decía esas
palabras.
- ¡Hace falta más que un
poco de metralla para tumbarme hermanos!.
Mologhai aún avanzaba
hacia los disparos que provenían de las ruinas frente a los
Astartes, pero se enfretaba solo a más fuego del que podía
interceptar con su Escudo Tormenta.
- ¡Arrepentíos, pues
mañana moriréis!- Gideon alzó su hornamentado escudo, con la
espada alada al frente acudiendo en ayuda de Mologhai.
- Tomad posiciones hermanos,
les flanquearemos.- Ordenó Lorenzo.
El sonido del plasma dejó
paso a los golpes secos del combate a corta distancia, el hermano
Mologhai se estaba enfrentando a una máquina que sobrepasaba en
altura al ya corpulento hijo de Jaghatai Khan. El Princeps había
cogido por sopresa a Mologhai, quizá aún aturdido por la reciente
explosión, y descargaba golpe tras golpe sobre el Astarte.
Gideon fue capaz de
alcanzar el combate corriendo entre los escombros mientras el plasma de los discípulos de Marte
impedía siquiera avanzar a Lorenzo, Taddeus y Asterion.
Un pequeño resquicio en la
férrea defensa de Mologhai fue aprovechado por el Princeps, quien
asestó un golpe que esta vez sí hirió al Marine Espacial en la
unión de la hombrera y la placa pectoral de su Mk 8.
Con un grito de furia, y
apoyado ahora ya por Gideon, Mologhai incrustó su espada de energía
en el pecho del ser máquina dejándolo inerte en el suelo.
- Eres más certero desde tu
moto Mologhai- dijo con sorna Gideon.
- Por el mismísimo
Emperador, y que a pesar de tus groserías tenga que darte las
gracias hermano...
La risa de Mologhai se
escuchaba por todo el campo de batalla mientras él y el hijo del
León avanzaban en busca del líder enemigo, seguramente los
protocolos de los siervos de la máquina no serían igual de
efectivos sin el ordenador de mando, o eso quería creer Lorenzo.
El plasma volvía a surcar
los cielos, como una aurora boreal caricaturesca, Gideon detuvo el
impacto con su escudo mientras en una finta Mologhai partía en dos a
un Skitarii.
- ¡Este ya no se quema la
manos!- gritó Mologhai. De repente, un fogonazo de luz.
- ¡Cuidado
hermano!- Gideon apartó a Mologhai empujándole con su hombro en el
momento preciso del disparo.
Cuando
Mologhai se puso en pie y el polvo se fue disipando pudo ver el escudo con la espada alada en el
suelo, y a Gideon, inmóvil, junto a él. No hubo tiempo para
lamentos, ni siquiera para la rabia, pues otras tres máquinas
rodearon a Mologhai. Un
Sicarian y dos Skitarii, uno de ellos parecía ser el líder.
Varios
golpes volvieron a rebotar contra el formidable escudo de Mologhai,
pero las heridas comenzaban a hacer mella y mientras detenía una
terrible andanada de golpes de bastones arcovoltaicos del Sicarian el Skitaii Alfa atravesó la
placa pectoral del Cicatriz Blanca con su extraña espada.
La
vista se le nublaba, la batalla ya parecía un eco distante, solo
faltaba un poco, solo tenía que dejarse caer y todo acabaría. -
¡Por el Khan y el Emperador!- Un bramido de furia fue seguido de varios
tajos que despedazaron al Alfa, tras lo que Mologhai se desplomó.
-
Se acabó la estrategia, nuestros hermanos nos necesitan. ¡Por
Sanguinius, por la Sangre! ¡Cargad hermanos!- vociferó Lorenzo a
Taddeus y Asterion mientras todos salían a campo abierto.
Y
en ese instante, el resto de siervos del Dios Máquina se retiraron
de la zona llevándose los
restos destrozados que pudieron de sus "camaradas".
-
Aquí el Sargento Lorenzo, necesitamos intervención del Apothecarion, dos
hermanos caídos, repito, dos hermanos caídos-
CONTINUARÁ...
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