miércoles, 3 de octubre de 2018

Trasfondo de mi Kill Team (Parte 6)

Buenos días.

Continúo con el trasfondo de los integrantes del Equipo de Eliminación Lorenzo, hoy vamos con Celestus, del que ya pudisteis ver cómo quedó pintado aquí.

Sin más aquí os dejo con su historia.





El Hermano Celestus lleva decenas de años sirviendo en los Ultramarines, y es un orgulloso hijo de Macragge, lleva a gala su origen, su Capítulo y su odio por todos los xenos, en especial los Tiránidos.

Jamás olvidará cuando, siendo aún un explorador, regresó a Macragge después de la Primera Guerra Tiránida. Múltiples hermanos, veteranos de mil batallas, despedazados independientemente de la protección que les pudo otorgar sus Armaduras de Exterminador…

Desde aquella visión de pesadilla Celestus se propuso no olvidar el horror que los alienígenas eran capaces de llevar incluso al mismísimo corazón del Imperio.

La carrera de Celestus fue meteórica y ascendió rápidamente en el organigrama de un Capítulo en reconstrucción después del desastre ocurrido en su mundo natal. Siempre guiado, tanto de forma visible como en la sombra por Acastian, uno de los pocos Bibliotecarios supervivientes de los Ultramarines.

La primera intervención como Veterano de la Primera Compañía de Celestus tuvo lugar en Ichar IV, en la ciudad de Lomas. El Inquisidor Agmar había solicitado ayuda al Adeptus Astartes y los Ultramarines enviaron a su Primera Compañía casi al completo, bajo las órdenes de Acastian para devolver al planeta a la Luz del Emperador.

Poco podía imaginar Celestus que lo que se ocultaba tras una extraña secta en un mundo tomado por la anarquía era su némesis y la de los propios Ultramarines.

Los Exterminadores se abrieron paso entre docenas de genestealers y de híbridos del Culto a base de sangre y fuego. Celestus vio caer a varios hermanos conforme avanzaban por los angostos pasillos que se encontraban bajo la catedral de Lomas mientras Acastian domaba a las fuerzas de la Disformidad para invocar escudos de energía y torrentes de fuego fantasmal que quemaban carne y quitina por igual.

Los Ultramarines llegaron a una extraña sala tras un vasto esfuerzo, más parecida a una cueva, de forma circular donde se encontraba el principal causante de lo que años después se conocería como la Segunda Guerra Tiránida.

Un asqueroso ser, que difícilmente se podía saber si en algún momento tuvo algo de humano, esperaba sentado en un trono de aspecto arcano, rodeado de centenares de híbridos y de genestealers puros.

Acastian pidió a sus hermanos que le cubrieran mientras se abría paso hasta la monstrusidad que gobernaba a las bestias con su mera presencia psíquica.

Los bólters comenzaron su sinfonía como una orquesta bien afinada. El promethium incineraba todo ser vivo que alcanzaba, y en el centro del caos y de los muertos Acastian y el Patriarca se batían en un duelo que iba más allá del plano físico, pero a pesar del poder fuera de la comprensión de la mayoría de sus hermanos, el Bibliotecario hincó la rodilla tras un proyectil psíquico.

Fue en ese momento cuando Acastian, viéndose abatido, ordenó fuego sobre su posición a pesar de que sabía que ello significaría con casi toda seguridad su propia muerte.

El sonido de cada proyectil que salió de su bólter tras esa orden quedó grabado de forma permanente en la psique de Celestus junto con la visión de la Armadura táctica Dreadnought de Acastian saltando en mil pedazos conforme algunos de los disparos impactaban de forma irremediable sobre su cuerpo, pero funcionó. El Patriarca perdió la concentración por un momento y el moribundo Bibiliotecario pudo incrustar su hacha en el cráneo de la amorfa criatura, cayendo ambos finalmente muertos.

Sin el embrujo psíquico del líder las restantes fuerzas Tiránidas pudieron ser exterminadas con cierta facilidad por los refuerzos Ultramarines que llegaron a Lomas quienes cuando entraron en la cámara bajo la catedral encontraron a tan solo seis supervivientes malheridos, entre los que estaba Celestus hirviendo de rabia.

Los seis Veteranos fueron evacuados y tratados en los Apothecariums de Macragge.

Una vez que se hubo recuperado Celestus recibió una visita inesperada, el mismísimo Ortan Cassius se presentó ante él para dar una salida a su odio hacia los Tiránidos y hacia todos los xenos, para darle una venganza de cada una de las vidas perdidas de Ultramarines en Macragge y en Ichar IV y para darle gloria a él y al Capítulo a su regreso.

Así fue como Celestus comenzó su servicio en los Guardianes de la Muerte, aportando todos sus conocimientos allí donde fueran más necesarios, encargado de marcar los enemigos a abatir por los otros miembros del comando mientras recita letanías de odio por el vocoemisor que son un bálsamo no tanto para sus hermanos como para su propio espíritu...


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