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viernes, 19 de octubre de 2018

Trasfondo de Campaña: Guerra en el Sector Calixis (Parte 2)

Buenos días!

Seguimos con el trasfondo de la campaña que estoy jugando en GTS Norte, en este caso un nuevo enemigo se enfrenta al Comando Lorenzo cuando a penas han podido recuperarse del ataque del Mechanicus...





- Sargento estamos en camino- la voz de Celestus llegó de forma clara por los vocoemisores.
- Recibido hermano.

Tanto Mologhai como Gideon estaban vivos, sus respiradores aún funcionaban. El Cicatriz se comenzó a incorporar con dificultad pero el dolor le obligó a sentarse nuevamente. Se podía ver una enorme herida en el costado de Mologhai que ya cicatrizaba gracias a la fisiología superior de los Astartes pero aún así sangraba de forma abundante.

-Descansa unos instantes hermano- dijo Taddeus.
-No quiero descansar, quiero despedazar a cada siervo del Dios Máquina que encuentre en esta roca sin vida...

Gideon por su parte seguía inconsciente. Tenia quemaduras brutales en el torso y su respiración estaba entrecortada.

La preocupación de Lorenzo iba en aumento, no solo por sus hermanos heridos, sino por el motivo por el que los miembros del Mechanicus se habrían podido comportar de una forma tan extraña. Había algo siniestro en Sigurd IV, algo que se escapaba a su comprensión, algo que se percibía incluso en el aire que seguía pesado, con olor a muerte. En ese instante llegó el resto del Comando, interrumpiendo los pensamientos del Hijo de Sanguinius.

- Sargento he vuelto a solicitar apoyo del Apothecarion, pero no he recibido respuesta, mucho me temo que la sombra de la Disformidad que emana la Cicatrix es cada vez más intensa… - Celestus sonaba apesadumbrado, sombrío, más incluso de lo normal.
- Confía en tus hermanos Celestus, no nos han de fallar- respondió Asterion.
- ¿Qué hay del acceso del este a la ciudad?- preguntó Lorenzo.
- Es impracticable Sargento, las ruinas impiden cualquier acceso a pie y la zona se presta demasiado a emboscadas- contestó Shu’gan.
- ¿Desde cuando tememos a las emboscadas? ¿Los Ángeles de la Muerte no se ocultan de los cobardes?- Amareo escupió con odio cada una de las palabras.
- Esta zona es más peligrosa de lo que parece Hermano, hay algo que perturba mi espíritu y aún no puedo siquiera intuir qué es, de modo que debemos mostrar más cautela que nunca, no quiero ver a otro de mis hombres calcinado o ensartado- la mirada de Lorenzo no permitió réplica alguna, y todo el Comando asintió.

Un aullido escalofriante atravesó la noche que comenzaba a caer sobre Sigurd IV. Wulfrik no pudo evitar responder con otro aullido al cielo.

- Son hijos de Fenris- Vociferó Wulfrik con una sonrisa en la cara.

A lo lejos entre las ruinas de la ciudad se intuyeron varias servoarmaduras mientras los aullidos se hacían cada vez más intensos.

- Informa Aylaan- dijo Lorenzo- esto es muy extraño…
- Seis Astartes, Primaris- el hilo de voz de Aylaan era a penas audible - Nos asaltan Sargento.
- Taddeus, Amareo, encargaros de poner a cubierto a los heridos, el resto conmigo - Lorenzo estaba visiblemente contrariado, no le agradaba combatir contra otros Astartes.- Sed sigilosos y emplead fuerza no letal hasta que descubramos qué pasa.

El Comando se desplegó entre las ruinas de la entrada a la capital de Sigurd IV buscando las mejores posiciones para interceptar el asalto de sus nuevos enemigos.

Los Lobos Espaciales cada vez estaban más cerca y Lorenzo sabía muy bien lo efectivos que pueden ser los rifles bólter modelo Cawl en las distancias medias, había que trabar combate cuanto antes.

Asterion acompañaba al Sargento, ambos se apostaron tras un pequeño generador ya oxidado por el paso del tiempo y por las inclemencias meterológicas hasta que escucharon sonidos guturales que indicaban que los Hijos de Russ estaban al otro lado. Un simple gesto de Lorenzo bastó a Asterion.

Ambos Marines Espaciales rodearon, cada uno por un lado, el viejo generador trabando combate con los Lobos Espaciales.

Antes de que las armas comenzaran a chocar se escucharon dos disparos, tan seguidos en el tiempo que casi parecieron uno solo. - Enemigo incapacitado – El susurro de Aylaan erizaba el cabello incluso a sus propios hermanos.

Por su parte Celestus, Shu’gan y Wulfrik tomaban posiciones intentando flanquear a los Lobos Espaciales sin ser vistos.

Tras el generador los golpes se sucedían, Asterion se enfrentaba al que parecía el líder de los Lobos, quien no hablaba, solo gruñía con los ojos en blanco. Por su parte Lorenzo blandía la Lágrima de Baal, una magnífica espada artesanal forjada en la Torre de los Ángeles, contra dos Lobos Espaciales Primaris, que al igual que su sargento no eran capaces de articular palabra.

La furia del sargento Lobo Espacial sobrepasaba la ya legendaria fiereza de su semilla genética, se sucedían, golpe tras golpe, los impactos de su espada sierra sobre Asterion llegando a herir al Puño Carmesí. La sangre comenzó a emanar de la herida en la pierna derecha de Asterion, a penas podía mantenerse en pie, pero haciendo uso de toda su fuerza levantó su martillo trueno golpeando al Lobo en el pecho y haciendo saltar parte de la placa pectoral de la MkX dejando a su portador inmóvil en el suelo.

Los rifles bólter comenzaron a rugir mientras los Marines Primaris seguían avanzando hacia el Comando Lorenzo, Aylaan y Celestus no pudieron más que buscar cobertura pesada para evitar los poyectiles. Mientras, Shu’gan intentaba al menos ralentizar su avance con su bólter infernus pero la genética mejorada por Cawl era terriblemente efectiva, nada paraba a los enloquecidos descendientes de Leman Russ.

Lorenzo entre tanto intentaba incapacitar a sus dos oponentes mientras que ellos atacaban con sus manos desnudas incluso con sus afilados colmillos al Hijo de Sanguinius. Lorenzo tuvo que contenerse para no dejarse llevar por la furia, lo último que podía tolerar, siendo un Ángel Sangriento, es que le mordieran.

- ¡Hermano abatido! ¡Aylaan está herido Sargento!- gritó Celestus.
- ¡Malditos sean! ¡Si no reconocen el Aquila del Emperador no merecen seguir con vida! - vociferó Lorenzo.

La Lágrima de Baal perforó varias veces a los Primaris que se enfrentaban a Lorenzo pero estos parecían inmunes a cualquier tipo de herida, de hecho los golpes solo conseguían enfurecerles más y más haciéndoles sobrepasar la defensa de Lorenzo cada vez más fácilmente. Ante esto el Hermano Asterion acudió en ayuda de Lorenzo, ignorando el peligro que se alzaba de nuevo a su espalda.

-¡Cuidado Asterion!- El aviso del Sargento no sirvió para prevenir a su hermano, que cayó herido a manos del Sargento Lobo Espacial que se alzaba nuevamente y se acercaba dispuesto a acabar con Lorenzo.

El Ángel Sangriento se disponía a combatir a tres rivales, a pesar de estar herido y superado en número no vendería barata su derrota. Acorralado alzó su espada artesanal y esperó el primer golpe cuando escuchó un nuevo aullido. Era Wulfrik.

-¡Por Russ, qué os pasa! ¡Despertad de esta brujería!

Wulfrik se había arrojado frenéticamente al combate golpeando con sus manos desnudas a los Lobos Espaciales. Lorenzo no tenía claro si había intentado salvarle o estaba intentando salvar a sus hermanos de Fenris de aquello que les hacía parecer autómatas incapaces de pensar o articular palabra.

En cualquier caso nada afectaba a los Lobos, no retrocedían, no despertaban, no reconocían a sus hermanos...

Un pesado zumbido retumbó en el cielo nocturno, Lorenzo reconocía perfectamente ese sonido, y pareció que sus enemigos también, quienes se retiraron del lugar nuevamente entre aullidos.

Una Corvus Blackstar descendió cerca de los miembros del Comando y cuando se abrieron sus puertas la imponente figura de Agruxx emergió de la negra nave...


CONTINUARÁ

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